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“Destetar” la economía y “energizarla”: Referencia para un proyecto energético y de país

Domingo Jiménez Beltrán – Presidente de la Fundación Renovables

Decía Iñaki Gabilondo en una entrevista reciente con el Gran Wyoming al socaire del último vaudeville parlamentario para investidura de Mariano Rajoy, que no hay “proyecto de país” con perspectiva de futuro y tiene toda la razón, lo mismo que no hay “proyecto energético”

Además, no parece que se pretenda tener ni uno ni otro. El nuevo Presidente insistió, una vez comprometidos los votos y las abstenciones necesarias para su investidura, en  que su objetivo sería negociar lo razonable aunque consolidando su modelo, que ya sabemos cuál es: priorizar la construcción, el turismo, las infraestructuras del transporte y el consumo como motores de la recuperación; dejando claro, además, que las energías renovables a las que culpo del déficit de tarifa, no están entre sus prioridades, ni lo estarían tampoco un nuevo modelo energético como lo indica el hecho de que el responsable del Ministerio del ramo sea Álvaro Nadal, antes Director de la Oficina Económica del Presidente y hermano gemelo del anterior Secretario de Estado de Energía.

No obstante, y como el Presidente ofreció diálogo, consenso, pactos… en fin, apertura a otros planteamientos siempre que sean “razonables”, hay que atreverse a esbozarlos analizando lo que se podría hacer con los mismos recursos solo que cambiando las prioridades.

Por el momento el éxito económico del que se ufana el Presidente consiste en seguir insistiendo en las tres tes: Turismo, Territorio (materia prima para la expansión urbanística insostenible) y Transporte, que además contribuyen a “amamantar” la especulación y han sido caldo de cultivo para la corrupción, o sea para las “mamandurrias”.

El “destete” de nuestra economía, modular las tres tes como motores de la economía es clave para establecer nuevas prioridades, redirigir los recursos y aspirar a un progreso sostenible basado en el conocimiento y el uso sostenible de nuestros recursos, una verdadera “energización” de la economía priorizando la Educación (e Investigación e Innovación) como clave del futuro y la sostenibilidad energética como vector ineludible del cambio. De las tes a las es para conseguir PIB del bueno, no como el actual.

No son noticias esperanzadoras el que este año se batan los records de turistas (más de setenta millones) con casos como Barcelona, Mallorca…que muestran claramente que el turismo de masas abusivo (lo que Ramon Folch definía como “anomalía ecosistemita”) no solo destroza nuestro entorno y produce externalidades o costes, aunque no contabilizados, superiores probablemente a los ingresos netos, sino que además mata al propio turismo (sobre todo de calidad).

Como tampoco lo es que vuelva la construcción. Las constructoras piden construir más de 200 000 viviendas anuales, supongo que para rusos y chinos, a los que se les premiara con un visado si son ricos, mientras muchos españoles siguen sin poder acceder a los millones de viviendas vacías o casi vacías, con el mayor parque inmobiliario de Europa. Mientras no se promueve a tope  la reconstrucción y rehabilitación  que es lo que verdaderamente crea empleo y para siempre sin esquilmar el territorio,

Ni lo es el que todas las CCAA clamen por sus infraestructuras de transporte “pendientes” con muchas existentes infrautilizadas o abandonadas,

Ni lo es que otra vez vuelvan aumentar e incentivarse matriculaciones de vehículos convencionales y las empresas del automóvil contaminantes, aunque lo sean menos, sin una apuesta clara por el vehículo eléctrico mientras un país “petrolero” como Noruega solo prima, y de qué manera, los vehículos eléctricos y se plantea como objetivo prohibir la venta de nuevos vehículos con carburantes fósiles en 2025.

¿Cómo es que no se echan las cuentas de las deseconomías del modelo actual con respecto a un modelo alternativo oportuno además de necesario (en el caso español para salir de la crisis arrumbados al futuro y no abocados a otra nueva crisis con una economía tan vulnerable)?; el PIB es como el colesterol, hay del bueno y del malo.

La situación es mala y empeorando, pero el margen de maniobra para mejorarla es enorme y creciendo, solo es cuestión de priorizar aquello que forme parte del futuro. Para muestra un botón. ¿Qué pasaría si los recursos que destinamos a la importación de combustibles fósiles, a la economía y energía “fósil” los reasignáramos progresivamente a la descarbonización de la economía y la “energizarían sostenible” de la economía?

Estos dos últimos años se calcula que hemos ahorrado más de 40.000 millones de euros por los bajos precios del crudo, un 50% de la factura normal, lo que significa que en un año normal la factura nos supone más de 40 000M€, un 4% del PIB, lo que es cercano a los ingresos netos del tan cacareado turismo, ¡o sea que nos los gastamos en “crudo” y en financiar las economías petroleras!

Bastaría con capitalizar progresivamente los gastos en combustibles fósiles e invertirlos en sectores que forman parte del futuro para cambiar la economía española.

¿Qué no podría hacerse con hasta 40.000 millones de euros al año bien invertidos durante 25 años, o sea hasta el 2040 que es cuando se supone podríamos tener un sector eléctrico prácticamente 100% basado en renovables y depender muy poco de importaciones de combustibles fósiles?

¿Qué no podría hacerse con solo un 10% de esta factura anualmente, 4.000 millones de euros por año, o 100.000 millones en 25 años, en cada uno de los siguientes sectores que la reducen y además generan ingresos y bienestar?

  • Rehabilitación energética y habitabilidad de vivienda y edificios de hasta un 2% del parque de viviendas al año. Reconstrucción sostenible y con generación de más empleo y de calidad en lugar de construcción insostenible.

Generalización de las energías renovables, con generación distribuida y autoconsumo y centralizada. Para un mix de generación con renovables 100% en 2040 y con I+D+i y empleo a tope y de calidad.

  • Electrificación del transporte y generalización del vehículo eléctrico, no permitiendo vehículos convencionales nuevos en el mercado a partir de 2030 y ninguno en circulación a partir de 2040 y antes en las ciudades que recuperarían la calidad del aire el espacio urbano

Y otros más, todo los cuales iremos desgranando en sucesivos artículos para mostrar cómo el desafío es simplemente político y es tarea de todos nosotros el exigir y conseguir las políticas que los hagan posibles e involucrarnos en su realización. Otra España es posible, “toda solar en lugar de toda un solar” Ilusionante, ¿no?

Fuente: Blog 20 minutos.

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