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El triunfo de la mediocridad, también en energía

Domingo Jiménez Beltrán – Presidente de la Fundación Renovables

En un artículo, “El triunfo de los mediocres”,  que recirculó recientemente como atribuido a Forges (que bien podría haberlo escrito), se denunciaba como sistémica la crisis española marcada por un enseñoramiento de la mediocridad bien ilustrada por síntomas como que, teniendo dos universidades entre las cinco más antiguas del mundo, no tengamos ninguna entre las cincuenta mejores, que estemos entre los países europeos con mayor abandono escolar o que no hayamos tenido todavía un presidente que hable inglés.

Esta denuncia, más que certera, me ha hecho volver sobre mi tesis para actualizarla: la insostenibilidad en general del mal llamado desarrollo español es producto de haber obviado el conocimiento como opuesto al deseable progreso sostenible. Progreso ahora, en el futuro y para una mayoría creciente, cuya condición sine qua non es estar basado en el conocimiento y en decisiones bien informadas y no en la ignorancia, lo que permitiría esa discrecionalidad que tanto aprecian muchos políticos con intereses predeterminados y no necesariamente coincidentes con los intereses generales.

Y esta tesis se ejemplariza aún mejor con el insostenible sistema energético en el que se ha enseñoreado la mediocridad y la ignorancia, aunque, eso sí, interesadas al haberse sustituido el conocimiento por las falsas certezas, un gran indicador de la mediocridad y la agudeza manipuladora.

Este trueque, que permite situaciones tan kafkianas como las que denunciaba en este mismo blog hacía unos días Fernando Ferrando al escenificar el contraste entre el  Informe sobre energía y sostenibilidad en España para 2015, de la UPC, bien anclado en el conocimiento y la información objetiva, sobre el sistema energético español y su flagrante insostenibilidad, que con la participación del Ministerio se hacía con ocasión de la presentación del Balance Energético de España, mostrando la satisfacción por la situación sectorial y global de la energía en nuestro país. Satisfacción que, manifiestamente ignora el diagnóstico de la UPC en un claro ejemplo de apología de la ignorancia y que deberíamos denunciar como insulto a la inteligencia de la sociedad española y como un indicador de la mediocridad de nuestros gobernantes energéticos en lo que se refiere, al menos, al ejercicio de gobernanza o buen gobierno para el que les hemos elegido.

Según la Comunicación de la Comisión Europea del año 2000 sobre Gobernanza, esta requiere buenas políticas, eficaces (satisfacer necesidades), eficientes (satisfacerlas con los menos recursos posibles) y coherentes, así como buenas formas democráticas de hacerlas, con transparencia, información, participación pública y rendimiento de cuentas. Según estas claves, la política energética española sería el claro ejemplo de desgobierno, con gobernantes energéticos mediocres y no sólo del Gobierno actual sino de al menos los tres últimos que la entregaron a los sí avezados oligopolios eléctricos y energéticos.

Lo más flagrante, y que viene a colación de la apología de la ignorancia, es el recurso que se hace en política energética a las falsas certezas, por no llamarlas simplemente “mentiras” que, como ya practicaba Goebbels “repetidas mil veces”, al proliferar y multiplicarse en los medios con la publicidad de los voceros (incluidos publirreportajes) de los poderosos oligopolios eléctricos “calan como verdades” en el conectado subconsciente ciudadano.

Recordemos que las falsas certezas han sido y continúan siendo un instrumento político de primer orden con clásicos ejemplos del pasado como el de aquel Ministro que echaba la culpa de la colza a “un bichito tan pequeño que si se cae de la mesa se mata” o la de  aquel otro, ahora presidente, para el que los vertiditos de crudo del hundido petrolero Prestige eran nada , unos “hilillos de plastilina” , o la del entonces presidente justificando la invasión de Irak alegando que “el régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva, puede estar usted seguro, les estoy diciendo la verdad” y más y más…

Y en energía no les vamos a la zaga:

Y hay muchas más, que invito a seguir añadiendo a la lista abierta.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que se nos siga negando un futuro energético prometedor simplemente porque nuestros gobernantes no están a la altura y siguen negando la evidencia en un claro ejemplo de apología de la ignorancia? Aunque parece que, como denuncia el artículo que da pie a esta reflexión, aquí triunfa la ignorancia validando el dicho de mi tierra aragonesa de que “cuánto más ignorante es el hortelano, más gorda es la patata”.

Fuente: Blog 20 minutos.

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